En una etapa de mi vida, hace ya como 10 años, cuando comencé a familiarizarme con Internet, llegué a tener varias cuentas de email, sobre todo aquellas que eran populares o que anunciaban en medios como la tele, por ejemplo.
Quien recuerde Uolmail, el nacimiento de Terra, los midis como fondo musical de las webs, los gifs animados como el equivalente de los videos flash embebidos en los sitios actualmente...sabrá de lo que hablo.
Las redes sociales en aquel entonces podrían contarse como los canales de chat (planetachat, entre otros) y el viejo Messenger. Las Bbs eran aun más populares. No recuerdo si había blogs o no, pero seguramente eran basados en texto, y poco leidos...quizás.
Actualmente las redes sociales han evolucionado de tal manera que uno está en uno (o varios) mundos alternos, donde muchas veces por el anonimato o la seguridad que nos proporciona estar detrás de un monitor lo peor que te puede pasar es que alguien te borre o no te acepte.
Entramos cientos de veces al día al facebook, hi5, livespaces, myspace, etc, para ver cuantos "amigos" tenemos, quién nos dejó un comment, quién opinó de nuestras fotos, cuantas visitas tenemos, si alguien del sexo opuesto nos añadió o quiere añadirnos, ponemos fotos falsas en nuestros avatares...a veces, incluso decimos cosas que no diríamos frente a otra persona.
Decoramos nuestos espacios virtuales como aquellos decorados de pinturas rupestres, con elementos que nos gustan o tienen un significado para nosotros, con animaciones, hacemos saber al mundo la música que nos gusta, la que no, presumimos nuestros gustos, lo llenamos de aquello que sentimos que es "nosotros". Nos damos de alta en más de una red social y al final de cuentas no podemos con todas puesto que o le dedicamos tiempo a una o a la otra.
Los incautos caen en las animaciones o flashes que les dicen que un chico o una chica linda quiere platicar con ellos, y al dar click, resulta ser una página de webcams porno. Bajamos los mejores decorados aunque el ordenador se nos llene de adware...aunque los emoticons o lo que sea que bajemos sea "gratis", es el precio que pagamos por poner "chulo" nuestro espacio virtual aunque nuestra habitación sea una guarida oscura y sin pies ni cabeza. Nos tomamos fotos "cachondas" con intenciones idem, aunque en la vida real ni seamos capaces de dirigirles la palabra a quien nos gusta. En muchos sitios estamos para ligar aunque no lo admitamos abiertamente.
Buscamos viejos amigos de la secundaria o más atrás...aunque tengamos sus teléfonos. Nos hacemos un avatar con lo que queremos ser y no somos...como en Second Life. Y total, que acabamos teniendo una máscara, porque en el mundo real somos unos y en el virtual otros. En el real no somos capaces de mostrar lo que decimos ser en el virtual, y en este, negamos algunas cosas de las que somos en el real. Queremos ser populares por la cantidad de hits a nuestros espacios, comentarios, si alguien "lindo" pero con foto falsa nos ha añadido...en fin.
Quizás sí, esta vida moderna sea más moderna que vida...y sobre todo, si ya no vamos a saludar nunca más ni de mano...al rato los periféricos del ordenador estarán conectados a nuestros receptores de placer...y el contacto se habrá perdido para siempre...
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jueves, 30 de abril de 2009
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