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miércoles, 26 de mayo de 2010

Adiós, Papá Burrón

Hoy en la mañana me desperté con la noticia de que don Gabriel Vargas falleció. ¿Quién fue este señor?

Un caricaturista mexicano nacido en Tulancingo, Hidalgo, en 1915. A los 15 años gana el segundo premio en un concurso de dibujo en Osaka, Japón (qué no darían muchos Otakus por algo así...ya ven, sigan el ejemplo de don Gabriel) y a los 17 años ya era jefe del departamento de dibujo en el periódico Excelsior.


En la mesa con su familia...

En 1948 crea una historieta que se publicaría durante 60 años sin parar: La Familia Burrón, colectivo de monitos que, a diferencia del individualismo de tiras anglosajonas como "Educando a Papá" y "Lorenzo y Pepita" presentaba una pléyade de personajes que entraban y salían en cada cuadro, a diferencia de una familia nuclear ideal, presentaba una familia muégano, una familia típica mexicana, y la historieta se dedicaba a hacer una crítica humorística al respecto (como los Simpsons, pero a la mexicana), con un núcleo que, como es lógico, se reproduce como fractal en el resto de la sociedad.


¡Ea, ea!

Yo no leí mucho la historieta, tan sólo unos números, pero pude enterarme que nos narra la vida de una familia de bajos recursos que vive en una vecindad, pasan una y mil aventuras (1616 para ser exactos) siempre con elementos gráficos y escritos que hacen soltar la carcajada. Don Gabriel ya antes había publicado otros monitos, Los Superlocos, y el reto le fue dado de crear a un personaje igual de bragado que Jilemón Metralla, protagonista de esa tira; fue así como, para ganar una apuesta, creó a Borola Tacuche, así como a su familia, y comenzó publicándolos en la revista Paquito, con un éxito que en el primer tiempo logró hacer la nada despreciable cantidad de 500,000 ejemplares. En 1971 cierra la editorial que imprimía Paquito, pero eso no detuvo a Don Gabriel, quien acabó fundando su propia editorial para continuar imprimiendo y vendiendo sus monitos. Fue hasta el 2009, o sea el año pasado, que finalizó la publicación de la historieta.


El burro hablando de orejas...

Cuando a alguien se le menciona cómic, sobre todo actualmente, se piensa en DC o Marvel, o quizás alguien despistado pensará en Manga, pero poco se pensará en lo que se ha producido a nivel nacional, o más bien, lo que se produjo. Hace muchos años un pasquín mexicano tenía la misma importancia que algún cómic importado, basta recordar la popularidad que tuvieran publicaciones como la que ocupa esta entrada del blog, o Kalimán, Memín Pinguín o el Capulinita. Esto denota que no por ser algo nacional tiene qué ser chafa o falto de creatividad.



A lo que me refiero es que con ejemplos como el de Gabriel Vargas o Rafael Navarro con Kalimán es que aquí hay talento. Y mucho. No se necesita importar modelos ya probados en otros lados, ¿qué tal si no pegan? (2033). Sin embargo ahora se nos da todo hecho, sobre todo a las nuevas generaciones, sin chance de pensar o decir, ¿esto debe ser forzosamente así? ¿Ya todo está inventado? Claro que no, los moneros actuales demuestran que aún hay talento. Patricio, Jis, Trino, Hernández...el mismísimo Rius que todavía ahi anda dando lata.


Los camiones no han cambiado mucho...claro, ya no llevan guajolotes, ni tamarindos, zopilotes, ni huacales con elotes ni costales con carbón...

El México de los cincuentas que se muestra en la familia Burrón y en las canciones de Chava Flores ahora está más muerto que nunca. Los restos mortales de don Gabriel se velarán en el Callejón del Cuajo.



En fín, descanse en paz don Gabriel Vargas...y que la Fuerza lo acompañe...

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