Ya antes hablé en este blog sobre la estética SteamPunk, ese retrofuturismo que retoma elementos de la época del vapor y los engranes. Hablando un poco más sobre esto, retrofuturismo se refiere precisamente a tecnología de corte futurista con una estética y quizás una fuerza motriz de épocas pasadas.
El Dieselpunk quizás visualmente (a mí me pasa) pueda ser confundido con el Steampunk. Ambos estilos se nutren de un look de antaño, sin embargo, las diferencias comienzan en ciertas cosas sutiles, y otras no tanto.
Entre 1920 y 1945 se dio otro impulso a la industria mundial; gracias (sí, gracias) a las dos primeras guerras mundiales, elementos de la industria armamentista se adaptaron a la vida civil, y en algunos casos, debido a la escasez de materiales, hubo qué echar mano de otros materiales o tecnologías para aquello que mantenía la vida diaria de millones de personas.
El Pioneer Zephyr, uno de los primeros trenes de aleación ligera. Se construyó así más por barato que por innovador. Recordemos que todos los metales "pesados" eran necesitados en la gran guerra.
Otro ejemplo real que me hace recordar esta canción.
Materiales antes no tomados en cuenta, como los plásticos y metales ligeros como el aluminio vieron un creciente uso en aplicaciones cotidianas. El estudio de efectos aerodinámicos en vehículos de guerra, sobre todo aviones, se aplicó a vehículos automotores de la vida común y corriente. Nació una estética del aerodinamismo, líneas curvas y en algún modo voluptuosas en los diseños que se presentaban, en oposición a los anti aerodinámicos diseños victorianos de los que se vale el Steampunk. Y por supuesto, una fuerza motriz surgida del aprovechamiento de combustibles fósiles a una escala bestial: el diesel. Y la combustión interna, claro.
La estética Dieselpunk de alguna manera se emparenta con el Art Decò, al utilizar elementos lineales o medio curvos, suavizando esquinas, añadiendo franjas y sucesiones de planos. Basta mencionar cosas como "Dick Tracy" para imaginarnos, entonces, el tipo de estilos que veremos. Y si lo extrapolamos a tecnología aún no existente con esa misma onda, tenemos precisamente el Dieselpunk:
Un ordenador Dieselpunk
En lo personal, prefiero el Steampunk, aunque el Dieselpunk no queda tan mal. Entre algunas obras en general que representan esta estética, podemos encontrar Metropolis, de Osamu Tezuka, sí, esta adaptación de anime de la película de Fritz Lang. Aunque de adaptación podría decirse que no lo es tanto; el script varía bastante, a pesar de que se sigue una línea similar.
Sacando el cobre, he de mencionar que en Star Trek: Voyager, aparecen elementos de esta estética, no precisamente dentro de la nave, o en alguna civilización, pero sí en la recreación holográfica que crea Tom Paris para entretenerse en la holocubierta: Capitán Protón.
Tom Paris como su alter-ego: Capitán Protón, una especie de Flash Gordon pero a la Dieselpunk.
En fin, aquí otra onda que, por si quieren, pueden adoptar.
¡Es como traer una orquesta en una cajita!
Que la Fuerza los acompañe...
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