Hace algunos ayeres publiqué en este blog una entrada dedicada a un grupo musical ochentero que es de culto, y que, en mi opinión fue un parteaguas e influenció de alguna manera a muchos otros que les seguirían. Esta es la entrada.
Hay algunos errores en los que no precisé, pues fue un tiempo (no muy lejano) en el que solo había escuchado las canciones y sólo había estudiado muy superficialmente el trasfondo del grupo; aunque también, no había tanta información como ahora (es increíble cómo en tan poco tiempo, de repente, encuentras reseñas de El Personal por todos lados).
Internet nos ha traído una avalancha de datos sobre casi todo lo que queremos conocer. Incluso llega a ser un territorio de cruentas batallas entre ateos y creyentes, "rectos" y trolls, frikis y mirreyes, en fin...
Pero ese no es el punto de esta entrada. He encontrado más canciones del Personal, incluso unos cuantos ensayos grabados en un departamento del Parque de las Estrellas, en Guadalajara, donde Julio Haro, vocalista y creador de El Personal, se reunía con sus amigos no solo para cantar, también para fumar mota, hablar de diferentes temas, en fin...y siempre, siempre, con por lo menos alguna nota musical o estribillo de alguna de sus mejores canciones.
Han sido temas musicales que de alguna manera, cuando son cantados por Julio (aunque esté muerto), me hacen sentir ese algo, esa sensación de que no solo es una letra ingeniosa, también el sentimiento sale de su garganta en forma de esa voz nasal que lo caracterizó y que nunca tuvieron los otros dos vocalistas de El Personal tras la muerte de Julio, o sea, Andrés y Lalo.
Algo me decía que había algo más allá. Yo me imaginaba a Julio como algún cuate de lentes, medio gordito, con pelo chino y quizás blanco, pero al echarme un clavado en Internet en estas últimas fechas, me he encontrado con que me equivoqué en muchas cosas: en la entrada que anteriormente dediqué a El Personal, menciono que Andrés es su hermano, esto porque tan sólo me dejé llevar por el apellido (pero no, como Buster y Babs Bunny...¡Sin parentesco!) y en el fisico que tenía en mi imaginación, sólo acerté a lo de los lentes.
Tenía la idea de lo que un cuate del CCH me dijo años atrás, que Julio había muerto de una sobredosis de droga (quizás coca), pero no. Todo va más allá. Mucho, muchísimo más allá. Esta es una fe de erratas que también expresa que todo esto que he investigado, aunque es poco, me llegó al alma.
Sintonizando en mi iPod las canciones que tengo, he notado una diferencia importante entre las canciones que cantaba Julio, y aquellas que canta Andrés pero compuso Julio, y las que fueron compuestas después de la muerte del creador de El Personal. Entre esos dos tipos de canciones existe algo: en las primeras, una inquietud, una molestia existencial, ironía, sarcasmo, humor negro e improvisación como salida de sentimientos a flor de piel, y temas incómodos para el contexto en el que fueron escritas e interpretadas; en las segundas, como por ejemplo, la de "Las Nalgotas" (Quisiera tener) o la de "Las Ostias", se nota un aire festivo, de cotorreo, pero ya diseñado e inmutable, más permisivo, no rodeado de opresión o inmerso en la clandestinidad.
No solo ha habido un grupo El Personal, en realidad han sido varios en los que el sentimiento y la intención original han ido variando o se han diluído. El actual "revival" de El Personal está inmerso en un mundo donde hay letras de canciones fuertes (aunque no tan ingeniosas) y que se escuchan en todos lados.
Pero El Personal de Julio Haro surgió, y lo ignoraba, en una época en la que cosas que damos por hechas eran tabú, clandestinas. Surgió de alguien que, realmente, como la canción que compuso, "no se hallaba". Un desubicado temporal y geográfico. Como leí en un artículo, nació gay en tierra de "machos", ateo en tierra de mochos, y artista en el seno de una familia que veía el arte como una mera distracción, no como un modo de vida.
Julio Haro, el de mero enmedio...
Sí puedo imaginar un contexto similar, pues lo tenemos en el país, y es la ciudad de Guanajuato, que quizás le viene a robar un poco a Guadalajara su lugar como "baluarte de los valores católicos" en los que tanta gente cree. Pero hasta ahí. No puedo concebir del todo la época. Una época que se encontraba en la delgada línea entre el clímax de una liberación sexual que espantaba a los sectores más reaccionarios del mundo y la amenaza de un jinete del Apocalipsis que surgió aparentemente por coincidencia: el SIDA. Época donde se dice que por esta extraña combinación hubo muertes al por mayor, por ejemplo, la leyenda que circula sobre el elenco de Cachun cachun Ra Ra!.
Los temas en las primeras canciones de El Personal no son por puro cotorreo, como pensaba. Imagínense hablar de masturbación u onanismo en Guadalajara, donde, como en cualquier parte del mundo, mucha gente lo niega, pero lo hace. O describir una crisis existencial al sentirse en un lugar al que no se pertenece. O sentir la muerte de cerca, y hacer una canción al respecto a manera de testamento:
"Cuando yo me muera,
cuando yo me muera,
que me empaquen al alto vacío
Cuando yo me muera,
cuando yo me muera,
que me tiren a un lote baldío".
Es volcar una vida entera y sus sinsabores en canciones. Todo gracias a traer un bagage cultural de lo más ecléctico, entre Marx, manifiestos de arte contemporáneo, historia, religión, etc. Esto en el terreno creativo de la letra, de lo que se desea que se escuche. El alma de Julio dentro de esas canciones.
Sin embargo, no se puede hablar solo de él, pues El Personal no lo habría sido sin los otros músicos, incluso sin los otros vocalistas que sucedieron a Julio. Está bien que él no les quiso dejar su material, que no aprobaba que lo fueran a utilizar después de su muerte, dejandole la orden a su hermano de "mandarlos a la chingada" si le pedían letras, acordes, etc. Pero también era parte de ellos. Así que, quizás Julio se revuelque en el más allá, pero de todas maneras, sus letras siguen vivas en los ocasionales "revivals" de El Personal.
A pesar de no haber vivido el contexto en el que se desarrolló Julio o en el que surgió El Personal, algunas de las canciones tienen un lugar para mí: a veces no me hallo, o quisiera un menjurje mágico que resolviera dudas existenciales; indago como ateo en este mundo creyente, me siento con un grillete en el contexto en el que vivo por ciertas ideas frikis, mi medio-nihilismo y mi falta de sentido común.
En fin, las primeras canciones de El Personal siguen siendo una válvula de escape...
Los temas en las primeras canciones de El Personal no son por puro cotorreo, como pensaba. Imagínense hablar de masturbación u onanismo en Guadalajara, donde, como en cualquier parte del mundo, mucha gente lo niega, pero lo hace. O describir una crisis existencial al sentirse en un lugar al que no se pertenece. O sentir la muerte de cerca, y hacer una canción al respecto a manera de testamento:
"Cuando yo me muera,
cuando yo me muera,
que me empaquen al alto vacío
Cuando yo me muera,
cuando yo me muera,
que me tiren a un lote baldío".
Es volcar una vida entera y sus sinsabores en canciones. Todo gracias a traer un bagage cultural de lo más ecléctico, entre Marx, manifiestos de arte contemporáneo, historia, religión, etc. Esto en el terreno creativo de la letra, de lo que se desea que se escuche. El alma de Julio dentro de esas canciones.
Sin embargo, no se puede hablar solo de él, pues El Personal no lo habría sido sin los otros músicos, incluso sin los otros vocalistas que sucedieron a Julio. Está bien que él no les quiso dejar su material, que no aprobaba que lo fueran a utilizar después de su muerte, dejandole la orden a su hermano de "mandarlos a la chingada" si le pedían letras, acordes, etc. Pero también era parte de ellos. Así que, quizás Julio se revuelque en el más allá, pero de todas maneras, sus letras siguen vivas en los ocasionales "revivals" de El Personal.
A pesar de no haber vivido el contexto en el que se desarrolló Julio o en el que surgió El Personal, algunas de las canciones tienen un lugar para mí: a veces no me hallo, o quisiera un menjurje mágico que resolviera dudas existenciales; indago como ateo en este mundo creyente, me siento con un grillete en el contexto en el que vivo por ciertas ideas frikis, mi medio-nihilismo y mi falta de sentido común.
En fin, las primeras canciones de El Personal siguen siendo una válvula de escape...
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