Quizás es una pregunta que muchos nos hacemos cuando nuestros intereses son muchos o queremos comernos al mundo o queremos hacer muchas cosas pero no tenemos tiempo. O cuando simplemente aplicamos la "ley del mínimo esfuerzo", como yo.
En estas semanas de cambios en mi vida me he dado cuenta que no es tan sencillo organizarse, y que si algo extraño, son aquellos tiempos cuando era becario del MUAC y tenía bastante tiempo para hacer tooodas mis cosas con mucha, muchísima calma.
La misma vida te va "avivando" cuando viene una bolota de nieve que se ha ido acumulando cuando entras a un terreno de más responsabilidades y "seriedad".
Al principio no es una cosa sencilla; simplemente hay qué pensar que en algún momento de nuestras vidas podemos sentir que todo va como un "relojito", que tenemos una rutina y una monotonía que, a veces, para mí, resulta agradable. Agradable el saber más o menos qué va a pasar el día de mañana y saber que no hay muchas sorpresas. Pero eso, a la larga, ¿qué ventajas tiene?
Conforme ha pasado el tiempo me doy cuenta que no me gusta la idea de no estar preparado para lo que venga; que un estado de monotonía y estar en una zona de confort no es del todo bueno, pues a veces es cuando uno está más vulnerable ante lo que pueda venir de fuera. De repente, con nuevas responsabilidades, esa "pachorrudez" se va disolviendo pues te pones más alerta; y te das cuenta que la vida no es tan sencilla y que no siempre vas a estar de lo más tranquilo.
A pesar de que mi trabajo no es tan pesado, y me da tiempo para hacer otras cosas, el repentino cambio de ritmo me hace pensar que no podré retomar el control de mi vida en cuanto a saber qué esperar de mañana, pasado mañana, etc...pero es lo que implica. El hecho de enriquecerse de la vida y hacer más cosas que antes no se habían hecho por miedo o qué sé yo, traen consigo una incertidumbre que promueve el cambio, la evolución.
Al principio puede parecer desesperante el no poder organizarse. El sentir que, debido a la inclusión de más personas en tu vida, no es tan fácil como antes tomar decisiones, o hacer lo que uno quiere. El abandonar temporalmente o definitivamente aficiones que ya no son compatibles con ese plan de vida. Pero siento que es precisamente eso lo que puede evitar que nos encasillemos en algo el resto de nuestras vidas, que tengamos un vivir dinámico y cambiante, que se nutra de experiencias anteriores, no precisamente abandonar todo y comenzar algo nuevo.
Creo que la organización, al final de cuentas, nunca podrá ser absoluta como la de una maquinaria bien sincronizada. Puede ser estable, pero a ser algo mecánico, sería la muerte. Puede haber una organización de tiempos y de vida adaptable, más que inmutable. Estable más que estática.
No hay comentarios:
Publicar un comentario