Para quienes no sean entendidos de la arquitectura, cabe aclarar que ningún libro hasta donde sé se ocupa de alguna clase de conchas, y por ello también fotografié la portada interna del libro.
A algún cuate de encuadernación se le debe haber ido un error de dedo...como a cualquiera. Solo lo muestro para que vean cómo una simple letra le cambia el sentido no solo a una palabra, sino también a una oración y a todo un contexto:
¡Hasta para las conchas (vaya uno a saber qué tipo de conchas) hay reglamentación y normatividad! jajajajaja
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