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viernes, 1 de enero de 2010

Algunas décadas después (Mafalda y su filosofía)

Creo que así es la humanidad. No se le puede dar un año nuevo que enseguida rompe. Creo recordar que así dijo Mafalda alguna vez en una tira.

No lo he mencionado aquí, pero soy fan de Mafalda, la leo como desde los 7 años y si hay algo que sostengo desde hace algun tiempo es que esta nenita no pierde vigencia, a pesar de que su contexto fue el de la Guerra Fría, los años sesentas y setentas del siglo XX.

Sigo con el asunto de la hospitalización, aún así, me pude dar otra escapada gracias a que mis parientes andan por acá, y después de estrenar el FlavorWave que me regalaron en Navidad y comer pollo frito hecho en él, decidí postear esto.

No cabe duda que no aprendemos, quizás nunca llegue el día en que realmente tenga un sentido cambiar de año, yo sé que es por cuestiones cronológicas, del calendario Gregoriano, pero está la necedad de festejar algo que realmente no tiene sentido hacerlo.

Anoche al salir del hospital fui al súper a comprarme unas pastillas que me recetaron para una alergia. Iba a regañadientes, maldiciendo el goteo constante de mi nariz y pensando en que el súper iba a estar hasta su madre de lleno, como otros años, por las compras de última hora, y nomás de mamila pensé "no pos si de repente me dieran ganas de celebrar el año nuevo, me cae que no voy a encontrar ni un pinchi pollo rostizado, ni siquiera sidra Santa Clós", y cuál va siendo mi sorpresa, que al entrar, veo el súper como otro día normal, bastante desangelado como para ser Nochevieja. Poca gente, ya ni siquiera comprando cosas de año nuevo, sino enseres de todos los días. Poca gente compraba calzones rojos o amarillos (que lo amarillo se lo pueden poner ellos nomás con no lavarlos) o las uvas o ya de perdis un sidral de manzana para hacerse a la idea de que era sidra. Y acordándome de los pollos, me fui al departamento de "Carnisalchichonería" y oh sorpresa! 5 pollotes ahí y nadie los pelaba. No pos sí, está cañona la cosa, me dije.

Al llegar a la casa y después de cenar y ver algo de tele me fui a dormir pos ya estaba muerto de cansancio, aunque pensando "al rato voy a tener a la bola de escuincles quemando cuetes frente a mi puerta o aquí afuerita del edificio, mejor me hago a la idea de que no voy a dormir", y otra sorpresa...medio adormilado a la media noche medio abrí los ojos y creo recordar que si acaso escuché un cuetito allá en la lejanía, ya ni las campanadas de la iglesia que está a 6 cuadras arriba de mi casa. Los chamacos cueteros ni sus luces, creo que hasta los extrañé.

El caso es que después de este choro mareador, aunque pueque persista un poco la necedad o ilusión o qué se yo en festejar algo así, ahora sí que observo que el contexto no está como para ello. Este año siento que me tocó ver esto como un espectador, espero sentir lo mismo dentro de un año, que lo veo desde afuera, sin ser parte de ello.

Yo sé que es por convención calendárica, pero al igual que mi ídola me pregunto, ¿Para qué cuernos cambiamos de año?

Si Quino hubiese hecho Mafalda en esta época, quizás la habría hecho preguntar, ¿Ya bajaron los precios y subieron los salarios?¿se ha llegado a una concientización colectiva y global? A lo mejor me viajo demasiado, jajajajaja:

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Paco...como tas?? espero que bien cualquier cosa recuerda que estoy aqui..zaz...tqm. Raquel.