No soy creyente, y trato, o al menos eso creo, de respetar a los creyentes que están dentro de ciertos límites sanos y cuyas creencias les permiten, de alguna manera, ser buenas personas.
Después de ver lo que sucedió tras el rollo del 21 de mayo, donde este pinchi viejo decía que el mundo se iba a acabar, me pongo a pensar en cuanta gente agarró y abandonó trabajos y dejó todo; pero claro, que eso no es lo peor, también aparte de dejarlo todo, LE DEJARON TODO a Harold Camping, quien se embolsó quién sabe cuanta lana...que no sé pa qué la aceptó, si de todas maneras en el paraíso no se usa, ¿o aceptan dólares en el cielo?
Tras lo sucedido, cada vez más me fijo más en mi postura de no creyente, y para don Camping y quienes le creyeron ciegamente (y para todos los pendejos que creen en quienes anuncian fecha y hora del fin del mundo) que todo libro "sagrado", llámese biblia o no (al finan todos son recopilaciones de mitos y relatos ancestrales que ya ni se aplican a la actualidad) deberían tener la siguiente advertencia (click pa hacerla grande):
Que la Gorda los acompañe...y me los libre del fanatismo de todo tipo (religioso, futbolero, mediático, de caricaturas, político, etc, etc, etc...)
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