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jueves, 12 de septiembre de 2013

Mi extinción voluntaria

Sí, señores, hoy es al 2x1. Entre que ando insistiendo que no tenemos nada qué celebrar este septiembre (pues ni somos independientes ni libres ni soberanos, ni tenemos una identidad definida) y entre que tengo dudas existenciales, me he puesto a pensar en algo que me ha dado de vueltas en la cabeza. De hecho, aunque el título suena alarmista, es algo que nada tiene qué ver con colgarse con una soga o darse un balazo. No, eso no lo haría ni por nada del mundo.

Más bien debería ser algo así como "Conmigo, se termina la historia". 

Todos los días hay cosas que me rondan la mente, pero esta es una que, si bien me deja dormir, es recurrente. 

Ya sabemos el viejo adagio de "siembra un árbol, escribe un libro y ten un hijo", pero, como muchas cosas, es un viejo adagio que no tiene por qué permanecer inamovible ni hacerse cierto el 100% de las veces. Y de esta triada que acabo de mencionar, sólo me atraen las 2 primeras opciones.

Es una constante en muchas personas el que tener hijos sea un deseo que tienen, algo que anhelan, que hará que se sientan realizados y que hicieron algo en esta vida. Y yo me pregunto, ¿tener hijos es lo único que se hace o que merece la pena hacer en esta vida para ser "alguien"?

Hay muchas cosas en este mundo (y no se diga en este universo) que pueden llenar o dar sentido a un ser humano. Pero el tener hijos, el tener descendencia parece ser algo muy poderoso, ¿por qué? Porque está en nuestros genes, es instintivo, y culturalmente hablando, es deseable.

Pero la cultura puede variar de lugar a lugar, y de persona a persona. Las nociones culturales de tener hijos a veces no tienen nada qué ver con las cuestiones instintivas. Fuera de lo que nos dictan nuestros genes, el tener hijos, para la sociedad, muchas veces es para demostrar que "uno tiene valía, que funciona, que ya hizo algo". Y es algo que no me agrada, pues no necesito ni quiero demostrar que soy alguien haciendo algo que no quiero: tener descendencia.

Cuando alguien habla de tener hijos, se ve perfectamente normal. Nadie dice nada. Pero cuando alguien habla de NO tenerlos...¡Todo mundo pierde la cabeza! "Que es ley de vida, que son la alegría del hogar, etc".


Y se me vienen a la mente muchas contradicciones cuando me pintan lo bonito que es tener hijos; entre algunos conocidos, han tenido hijos pero no precisamente porque los quisieran, en verdad fueron embarazos no deseados. ¿Qué esperaba la sociedad de ellos? que los llevaran a término. Los tuvieron, y a pesar de que luego los veo con mala salud, con problemas económicos y con cara de muy cansados, me siguen diciendo que es maravilloso. No hacen mención a que fue algo no deseado, y pretenden que siempre estuvo en sus planes, pues, ya qué les quedaba, ¿no?

Aquí algunos "argumentos" a favor de tener hijos, y una pequeña respuesta de mi parte

-Te ayudan a madurar: ¿En serio? Pero si he conocido a padres más inmaduros y más irresponsables que nada, y que así lo siguen casi toda su vida. El tener hijos no es garantía de que vayas a cambiar o a hacerte más responsable. 

-Cuando seas viejo, tendrás a quien te cuide: No me gusta la idea de traer hijos al mundo para ser una carga para ellos cuando sea viejo. Si se tienen, que sean por otras razones, no para tener a un cuidador, que esto tampoco es garantía, porque muchos hijos se hacen los babas con sus padres ancianos.

-Los hijos dan mucho amor: El amar es algo que se aprende. Como diría el borrachín de José al Cuadrado, "casi todos sabemos querer, pero pocos sabemos amar". El amor filial y fraternal es algo que hay qué enseñarles a los hijos, no es algo con lo que vengan programados. Decía un psiquiatra: "los bebés no saben dar amor, lo que saben dar es mucha caca". Sé que si esto se lo digo a una madre que adore a sus hijos afirmará lo contrario, pero aquí entra otra cosa: la visión subjetiva de los padres. Por muy defectuosos que sean los hijos, siempre estará el complejo de papá cuervo: "fue el que más pesó de los cuneros al nacer", aunque no sea cierto; "es bien inteligente", aunque no sea el primero de su clase. Etc.

-"No sabes de lo que te estás perdiendo": No, no lo sé.  Y aquello que nunca se ha tenido, no se extraña.

-"Pero, ¿y si tu pareja quiere?": Para eso hay un período de conocer a la otra persona antes de tomar decisiones más formales. Sería una buena manera de saber si la persona me acepta por lo que soy y como soy, y si compartimos intereses en común, tales como este. Además, ¿por qué si un hombre decide no tener hijos, es un egoísta, pero si una mujer así lo decide, es "dueña de su cuerpo"?

Esto que digo no es enfocado en contra de la natalidad. No soy uno de esos "extincionistas voluntarios" que abogan por la desaparición gradual de la especie humana. Simplemente no quiero tener hijos.

Ah, pero viene otra cosa que luego se dice:

-"Nunca digas nunca": En México es muy usual que te digan eso. Y se me hace una jalada sobre todo si uno toma ciertas precauciones para que no suceda. Lo creería si, estos cuatitos que me lo dicen, hubieran tomado todas las precauciones habidas y por haber y aun así hubieran salido con su "domingo siete". Pero la verdad es que no se cuidaron. ¿Karma? ¿Entonces los niños hambrientos de África hicieron algo muy malo para estar así?  Sáquense que. Es otra forma de ver quién me aprecia. Si me "echan la sal", pues es en realidad un reflejo de que no muy bien les gusta o respetan mi vida.

Vuelvo a lo mismo. No tengo nada en contra de los hijos ajenos. Esto es en respuesta a lo que a un servidor le han dicho directamente por la forma de pensar que tiene. Además, tampoco quiero aportar a la sobrepoblación.

El que los quiera tener, adelante. En lo personal, no, y existen muchas, muchísimas maneras para no tenerlos. Estamos en el siglo XXI, por los clavos de Chucho Cristo...

Que la Gorda los acompañe...

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