Quedaron varios enigmas de esta serie, aunque más que nada fue porque a Chéspiro no se le ocurrió cómo subsanar esos vacíos en aquella serie cargada de slapstick que desafortunadamente fue tomada en cuenta como medio educativo y no como entretenimiento nomás (o sea, que hace caca el cerebro, jajaja). No, en serio, yo tengo el cerebro todo licuado por la culpa de esa cosa, pero en fin, que siempre quedaron dudas. Desde aquella de, ¿cómo chingados se llamaba el Chavo? ¿Con quién vivía, quién le pagaba algunas cosas? Porque ps era obvio que no vivía en el Barril, como alguna vez lo dijo; ¿por qué demonios, si ya llevaba tanto tiempo en la vecindad, nadie sabía cómo se llamaba?. ¿A Chéspiro no le gustaban las familias funcionales, y por eso era un desmadre la vecindad?
En fin, aquí están algunas cosas (de la revista MAD) de lo que quizás alguna vez quisimos ver en el Chavo pero nunca, nunca se nos presentó. (Sí, es un re-post de otro blog):
He de admitir que los que más me gustaron fueron los de RonDamón dándole el madrazo a la Florinda y cuando le paga la renta al Barriga. Otras interrogantes quizás de otras series, eran: ¿qué carajo guardaba el Dr. Chapatín en su bolsita, y a qué se dedicaban los Chifladitos, que tenían una casota bien acá, como rancho y toda la cosa, o el estar loco deja buenas ganancias?
Que la Gorda los acompañe...
1 comentario:
chidisimo bro
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