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lunes, 11 de noviembre de 2013

El Buen Fin...o el buen final de vivir tranquilo.

Estamos a unos cuantos días de tan cacareado evento en el que, según, hay ofertas para que todos los mexicanos podamos adquirir (dan a entender) a precios irrisorios o en abonos chiquititos aquello que el resto del año no podemos, porque es muy caro o porque no la ponen "tan fácil".

Recuerdo que mi familia del otro lado del Río Bravo, todavía hace unos años iban al Black Friday, y cuando llegué a ver folletos de ese evento, la quijada casi se me caía al suelo, por ver verdaderos descuentos de hasta el 80% en productos que, si bien no eran de última generación, sólo tenían unos 3 meses de haber sido lanzados.



Y hace unos años, aquí en Mexicalpan, el Mini-Mi instauró lo que quizás dure unos años como mera costumbre, o quizás dentro de poco ya no haya quien lo pele, y claro, me refiero al "buen fin".

He de confesar que esos anuncios despiertan en mí un instinto primario por irme y dar tarjetazos a diestra y siniestra, porque están diseñados de tal manera que apelen a ciertos componentes de la mente inconsciente aunque la lógica nos dicte que son un fraude descarado y más que obvio.

La idea del "buen fin" es adquirir productos a precios bajos o con facilidades de pago. Pero, ¿qué sucede?

Cuando se instauró, yo no tenía el poder adquisitivo que tengo ahora, que si bien no es mucho, por lo menos llego a fin de mes con algunos ahorritos. Ahora que tengo poder adquisitivo, es cuando más miedo me da esa cosa, porque, cuando uno no tiene dinero, ni es sujeto de crédito, aunque babees frente a un aparador, a menos que te lo robes (y no te cachen) o por obra de un milagro te lo regalen, sabes que no podrás tenerlo, pero que por lo menos eso es un freno para que no te endeudes.



Pero cuando te llueven las ofertas de tarjetas de crédito y te animas por un par, como en mi caso, la tentación está latente. Aquí es cuando la lógica y la mesura debe imperar por sobre todas las cosas. Y esto que escribo no sólo es para compartir, también para tener este constante recordatorio de por qué, en lo personal, no debo (ni puedo) comprar NADA en las ofertas del buen fin, a menos que sea algo que necesite.

El fraude, vengo leyendo en algunos otros blogs, radica en que, como una práctica común en México, realmente NO HAY OFERTAS. Durante todo el año aunque no sea buen fin, se ven por todo lados y en todas las tiendas letreros de "oferta, rebaja, liquidación". Cosas que, muy rara vez, he encontrado realmente a un precio de risa, de poder, con la mano en la cintura, gastar sin que me duela el codo.

Por ejemplo, aquello de subirle a un artículo el precio un porcentaje, durante un par de días mostrarlo así, y de repente, bajarle el porcentaje al precio al que estaba, poniendo un cartel de "rebaja", aunque te siga costando lo mismo, o las promociones de meses sin intereses, donde te ponen un precio super atractivo, pero al llegar el estado de cuenta o el recibo, ves que las mensualidades no son las que te habían prometido (¿Verdad, Telmex? ya me pasó hace un par de años al sacar "en abonos" en tienda Telmex una chunche...lo bueno que ya la liquidé).

El Buen Fin no está exento de esas prácticas. Supuestas ofertas, y rebajas que dicen "Antes: 6000, ahora: 5999". Oooh, qué generosos, le bajaron un pesote...ya con eso voy a poder salir de mis deudas. O "a 1000 meses sin intereses", que, sin embargo, son un contrato de venta de alma al diablo por un período indeterminado, en el cual el comprador se da cuenta de que esos "abonos chiquitos" le afectan de una forma importante a su gasto mensual.

A pesar de que se le ve con cierto escepticismo, siguen existiendo muchos crédulos del buen fin. ¿A qué responde esta conducta? Quizás a que tenemos una idea distinta de "progreso" o de "vivir bien" o "calidad de vida". A la práctica del Culto-Cargo, donde solamente se imita lo superficial, y se cree que el "estar mejor" es tener la tecnología o las cosas lindas que tienen quienes son de una clase social más elevada, es decir, ya parezco más clasemediero si tengo una pantallota LED, o si me compro muebles enormes para mi casita de interés social de 30m2 (que dudo que quepan por la puerta), en fin, la pura pantalla. Cuando una vida mejor significa mejor educación, oportunidades de trabajo, mejor alimentación, etc.



Porque, efectivamente, en el Buen Fin lo que está de "descuento" son, mayormente, los electrónicos, línea blanca y cosas por el estilo. Aunque no necesariamente lo más reciente. Porque pienso que un buen fin para la economía del país sería más bien bajar los precios de los artículos de primera necesidad, que sí tienen un beneficio directo en los habitantes.

Cuando he necesitado un electrodoméstico, REALMENTE necesitado, me ha tocado que, afortunadamente, no es temporada de "ofertas". No soy muy exigente en cuanto a la marca, sólo que hagan su trabajo. Y si se trata de, por ejemplo, equipo de cómputo, sé que no necesito comprarme el más caro, porque el más barato pero funcional lo puedo mejorar tanto con software como con hardware no muy caro. No me importa mucho comprar algo que otros vería como "descontinuado" si sé que le puedo sacar el máximo provecho y además está a un precio bajo, más por ser temporada baja de compras. Cuido las cosas así que no las estoy cambiando cada año, me tardo unos cuantos añitos en cambiar, por ejemplo, de computadora si sé que me va a seguir sirviendo (uy sí, como si ya hubiera tenido muchas computadoras en la vida, jajaja).

El caso es que a veces SÍ hay ofertas. Sólo a veces. Y en época de ventas bajas, cuando nadie pela los anaqueles y las etiquetas de precios bajos no se alcanzan a ver. Lo malo es en el "Buen Fin" y en Navidad y épocas así, porque esos mismos artículos viejones, descontinuados, que el resto del año pueden ser (casi) una ganga, esos días les disparan el precio como si fueran realmente recientes, y con un "módico descuento" te los ensartan, pudiéndolos comprar 3000 pesos más baratos en otra época del año.O sea, lo mejor es buscar ofertas cuando no sea época supuesta de estas, y donde menos crea uno encontrárselas, enmedio de los pasillos o donde no haya cosas tan "bonitas". Donde no brilla tanto, a veces ahí está lo bueno.

Y es que el año pasado, creo recordar, hubo un poco de frenesí en un supermercado de por donde vivo, ya que unos pantallones de 50" estaban en alrededor de 4,999...(5,000, no sean mamones). Baratisisiísimos, pero, ¿eran Sony, Panasonic, o qué? Al acercarme un poco, me dí cuenta de un particular: una marca desconocida y con sabor a China...marca que en la vida JAMÁS he vuelto a ver. O sea, el Buen Fin es un pretexto para sacar lo que no se ha vendido (pero venderlo caro) o vender marcas desconocidas que nunca se les volverá a ver el polvo, pero que a los de la tienda les salieron baratísimas, sin embargo, no sabían qué hacer con ellas.

Este "Buen Fin" tengo los medios para endeudarme. Pero que sirva esto de recordatorio para NO hacerlo. ¿Que me van a ganar todas las buenas ofertas? Pos mátense entre ustedes. Porque no creo que vaya a haber venta de algo NECESARIO o que realmente aumente mi calidad de vida, y menos a meses sin intereses.

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