Las consignas sobre todo en redes sociales en contra de Enrique Peña Nieto son constantes, el pan de cada día, y por así decirlo, motivo de Hashtags: #renunciaepn, uno de los más socorridos. Tal pareciera que la indignación pública se concentra en una sola persona, que a su vez, parece ser un tipo omnipotente el cual, cada vez que la riega, hunde más en la desgracia al país.
Es decir, se da a entender que él tiene control TOTAL sobre lo que pasa en México: que si los gasolinazos, que si las reformas, que si la crisis económica, todo recae sobre EPN. Todo es culpa de EPN. Y muchas de las quejas y reclamos de quienes lo utilizan como pararrayos de todo lo malo que pasa, y por lo tanto, la solución, se da a entender, sería que RENUNCIE.
Un ejemplo, cuando surgió el escándalo de su tesis, una de las reacciones más comunes por parte de la mayoría de las personas indignadas por el plagio fue...adivinaron, que renuncie.
Si hay muertos, que renuncie.
Si el dólar sube, que renuncie.
Si es incompetente, que renuncie.
Y todo lo anterior, nunca recae en, digamos, "las malas decisiones de Hacienda o el Banco de México, o el secretario de gobernación", o qué sé yo. Todo es culpa de EPN, como es lógico, ¿o no?
Y como es su culpa, lo más lógico es que para solucionar aquello, debe renunciar.
¿Cual es la mentalidad o el razonamiento tras la exigencia de su renuncia?
El sexenio ya lleva más de la mitad, y a pesar de que dichas exigencias de renuncia siguen vivas, no se ve signos de que lo vaya a hacer.
¿Acaso el razonamiento tras el #Renunciapeñanieto es que, en el momento en que dimita de su cargo, todo se va a solucionar mágicamente?
Quizás no todos los que exigen la renuncia de EPN tengan ese razonamiento tan cerrado o tan simplista, pero los que sí, supongo que ignoran que EPN no es la mente maestra tras la situación que vivimos. Quizás sí tenga cierto poder de decisión, pero técnicamente, es el representativo de todo un sistema. Todo un sistema que toma decisiones y en cierto modo decide el destino del país, en lo general, así que, si renuncia EPN, ¿qué?
Habrá quienes digan que la renuncia de EPN no es para que mejore la situación, sino para demostrar "la autoridad del pueblo sobre los funcionarios, ejercer realmente la ley y la democracia". Puede que tengan razón. Sin embargo, tampoco es una solución de fondo. ¿O es que piensan que, en cuanto renuncie, se harán elecciones de nuevo y ganará alguien más? ¿AMLO, quizás? ¿O que van a decir "bueno, ahora vamos a ascender a presidente al segundo lugar de las elecciones pasadas? EPN viene siendo algo así como una figura decorativa. Y el sistema seguirá siendo el mismo, si renuncia. Tan solo cambiará el nombre de quien sea presidente interino.
El punto de esta entrada es que EPN ha sido un pararrayos, un masiosare al que se le cargan todas las culpas. Creo que es algo normal en muchas sociedades, como cuando hacían rituales en Roma para salir de alguna crisis: Durante todo un año, alguien, sobre todo un vagabundo o un anciano, vivía a expensas del pueblo en el que quizás había sequía, pobreza, enfermedades. Vivía como rey todo ese tiempo, y al final de ese período, la gente lo acompañaba en una caminata, mientras le lanzaban injurias, piedras, maldiciones, todo con la esperanza de que se llevara consigo la mala suerte. Llegaban con el chivo expiatorio a un acantilado, y lo seguían injuriando hasta el cansancio. Una vez satisfechos, lo arrojaban al mar, contra las rocas, a donde supuestamente se llevaba todas las maldiciones y las penurias de las personas.
Como es obvio, la situación en esos pueblos seguía igual o peor. En otros casos se hacía aun en tiempos de bonanza, pero para garantizar que no vinieran tiempos malos, y se ignoraba el hecho de que todo el pueblo trabajaba duro para estar bien; se atribuía entonces la desgracia a algo surgido de un pensamiento mágico, no a la realidad.
¿No se estará haciendo eso, en realidad? ¿Las consignas y demás no serán, al final de cuentas, solo un desahogo y no una solución? Por supuesto que EPN no está libre de culpa. Pero se ha llegado a un punto en que, si se tropiezan en la calle, gritan: ¡Renuncia EPN! Recordemos que es parte de todo un sistema.Y recordemos también que no vivimos en un país de ciudadanos santos y políticos diabólicos, es decir, todos tenemos cola que nos pisen.
Queda en el aire la pregunta: Si EPN renuncia, ¿qué pasará?
Que la Gorda los acompañe...
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